VIENTOS DE REVOLUCIÓN: LA BATALLA DE MULVAH
Un fragmento. Solo un fragmento, dirá alguien. Pues sí. Solo un fragmento. Pero es suficiente como para que se cate la prosa de L. M. Bianchi, presente en su obra de fantasía Vientos de Revolución (2 parte), disponible aquí. Y su primera parte, aquí.
VIENTOS DE REVOLUCIÓN: UN FRAGMENTO
"Yo avanzaba despacio, pero no estoy cojo ni enfermo, es solo que mis piernas no se mueven como solían, ¿sabes?, de modo que continúe en soledad un buen trecho. Pero en el valle del Nymphe se estaba juntando mucha gente, pues los sucios prunos empujaban desde atrás, aplastando y rapiñando cada pueblo y aldea a su paso. La confusión era grande, no era un buen lugar para quedarse, no era un buen lugar para mí. Y gracias a los dioses tomé la decisión correcta. Esa misma tarde me aparte del río y mi interné en los bosques. Me acompañaba Talyd, un viejo amigo, pero sus huesos no resistieron la intemperie y murió antes de regresar. Esa noche y la subsiguientes escuchamos el galope de la muerte... Oh sí, ¿lo has oído mujer? No puedo describirlo de otra manera, y que los dioses me escupan desde arriba si miento. Gritos, alaridos de espanto, aullidos, golpes, restallar de metales, crujidos escalofriantes, truenos que parecían emerger desde la misma tierra; todo junto y bien mezclado en un gran tonel que de repente alguien destapa y deja salir para deleite de las deidades del inframundo. El galope de la muerte. Nunca he oído nada igual. Y para cuando me arrastré a las márgenes del bosque y espié valle abajo, todo había terminado. Millares de cuerpos esparcidos sobre la tierra machacada, ennegrecida, arruinada, embebida en sangre. Y los prunos, también por millares, se marchaban del sitio de la masacre a paso lento, en largas columnas. Y llevaban bestias terribles con ellos. Ah sí, maldíceme si miento, mujer..."
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