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¿CÓMO AFRONTAR UN CONCURSO LITERARIO?

¿Estás pensando en intentar destacar con uno de los múltiples concursos literarios que existen? ¿Lo has pensado pero no sabes cómo empezar? Bueno, para todo hay solución: Carlos Calleja nos trae unas indicaciones que son útiles tanto para quienes no han concursado nunca en ningún certamen como para los que ya han tenido la experiencia...


¿CÓMO AFRONTAR UN CONCURSO LITERARIO?



¡Hola a todos!

Para los que no me conozcáis, me llamo Carlos Calleja.

Os cuento: Prometí que haría una entrada en el blog con el resultado de una votación. La encuesta arrojó que vuestro interés era “Cómo afrontar concursos literarios”. Así que vamos a ponernos manos la obra.

¿Cuál es el objetivo de presentarse a un concurso literario?

Imagino que cada uno tiene los suyos propios, pero algunas de las razones que se me ocurren (y que voy a enumerar según el orden en que yo las he vivido) son las siguientes:

  • Afrontar el reto: Te gusta escribir. Te divierte, te entretiene. Cualesquiera que sean tus razones para sentarte frente al papel y ponerte a teclear son válidas. Quizás ya no nos acordamos, pero la primera vez lo hicimos motivados por la sensación de experimentar un nuevo arte. Nos gusta leer mucho… ¿por qué no puedo yo hacer algo para que los demás disfruten leyéndolo?


Entonces buscas por internet y encuentras algún que otro concurso. Una página donde buscar (si no conocéis ninguna) es www.escritores.org. Pero hay muchas otras. Las editoriales en sus páginas web también suelen publicar las convocatorias (Podéis ver la de Hela o la de Freya, sin ir más lejos).


Y decides enfrentarte a un reto. Una fecha límite, unas palabras, una temática. Adelante, ganes o pierdas (y esta será la última vez que hable de ganar o de perder en lo que a concursos se refiere) ya has dado tu primer paso en este mundo maravilloso que es la escritura.

¡Felicidades! Ya eres escritor. Ya eres escritora.

  • Comprobar cómo de bueno eres: Escribes bien. O crees que escribes bien. Las personas a las que les enseñas tus textos te dicen que escribes bien. No obstante, tarde o temprano, llega la hora de exponerse. Someterse al escrutinio, al examen de los demás, asusta, sí, pero es la única manera de salir de nuestra zona de confort. ¿Los de fuera también considerarán bueno mi texto? Enviarlo a concursos y esperar el fallo del jurado puede ser una de las maneras (no la mejor, desde luego) de comprobar tu nivel. ¿No te han seleccionado? No pasa nada, es normal (Más abajo hablaremos de las reacciones al fallo de los jurados).


En ese sentido, no conseguir nuestros objetivos (que no es lo mismo que fracasar) debería tomarse siempre como una señal de que hay que seguir mejorando. ¿Cómo? Hay muchos canales en youtube explicando conceptos de escritura. A mí me gusta el de Javier Miró, pero también he visto el de Brandon Sanderson o el de Martitara. Hay miles. No dudes en escribirme (o en seguirme, porque suelo publicar cuando encuentro algo bueno) y te recomendaré los que yo suelo visualizar.

También hay cursos para aprender este arte. Sí, a escribir se aprende (como a todo en esta vida). Hay cursos presenciales y online. Caros y baratos. En mi experiencia, todos merecen la pena, y siempre que he terminado uno de esos cursos he salido convencido de que era mejor escritor.


  • Darte a conocer: Qué duda cabe de que escribimos para que otros nos lean. Aunque también conozco compañeros que no muestran su texto a nadie. Es para ellos. Solo para ellos. Y, repito, me parece igual de lícito que cualquier otra opción.


Por ello, porque escribimos para que otros nos lean, cabe pensar que una buena forma de difundir tu obra es con los concursos. Por ejemplo, mientras escribes (o aprendes a escribir) tu primera novela. Los concursos de relatos no requieren tanta planificación ni tanto tiempo para llevarlos a cabo, y además ofrecen la versatilidad de cambiar de tema rápidamente entre uno a otro.


En mi caso, las antologías que he leído (y también en las que he participado como escritor) me han permitido conocer a compañeros (y a editores) fenomenales. Los he seguido y he tenido la suerte de charlar o hacer presentaciones con ellos. Y eso es un sueño cumplido.



Y así, una vez entras en el mundillo, descubres que no estás solo. Hay una miríada de escritores en las redes sociales. Unos escriben muchísimo todos los días, otros escribimos solo mil palabras los fines de semana. Algunos llevan más tiempo trabajando en esto, y están más experimentados. Otros están igual de verdes que tú (y que yo). No desesperes, esto es una carrera de fondo, no un sprint. Mi consejo es que participes activamente, hables, preguntes y aprendas de los consejos que la gente reparte. A colación de esto, existe la idea de que somos competidores entre nosotros. Y, en realidad, lo somos (como en casi todas las facetas de esta vida), pero yo pondría muchos matices a esa afirmación. Las cosas han cambiado mucho y la gente colabora mucho, comparte mucho y se ayuda entre sí. Así que disfruta de todas las sinergias que se generan e intenta pensar que todo lo bueno que le ocurra a tus compañeros terminará repercutiendo también en ti de manera positiva.


  • Explorar y mejorar: Una vez tienes las nociones básicas de la escritura y has hecho unos cuantos relatos necesitarás aumentar la dificultad. Te lo exigirás a ti mismo.


Pues bien, los concursos (a través de las bases y las condiciones que cada uno impone) te brindan oportunidades sensacionales para ponerte en apuros y así crecer en tu desempeño. Puedes probar a escribir en una persona distinta a la que te sientes cómodo, o usando un tiempo verbal infrecuente. Yo he utilizado deberes de los cursos de escritura para escribir relatos en futuro. También he mandado a concursos relatos escritos en segunda persona (y como no soy N.K. Jemisin, obviamente, no fueron seleccionados). Prueba, experimenta. ¿Has escrito un relato que vaya hacia atrás en el tiempo, como ‘Memento’? ¿Has probado a utilizar un narrador poco fiable? ¿O simplemente un protagonista con género distinto al tuyo (o incluso sin género)? ¿Quizás un relato epistolar? Las posibilidades son muchas y muy divertidas.


  • Ganar dinero: Quizás este sea un último paso en el crecimiento como escritor, un tanto alejado de la idea romántica que tenemos. No lo desdeñes tan rápidamente, porque sé de gente que se dedica a presentarse a los concursos que tienen una buena cuantía como premio y hacen de eso su forma de vida. ¿Eso es malo? Por supuesto que no. A todos nos gustaría vivir gracias a un trabajo que nos guste desempeñar, ¿verdad? Suerte en tu viaje, compañero.

¿Cómo investigar el tema designado por el concurso?

Una de las frases más conocidas del mundo de la escritura es: “Escribe de lo que sabes”. También he escuchado la otra vertiente: “Escribe de lo que NO sabes”. Por un lado, la seguridad que te da tu campo (tus estudios, tu profesión, tus aficiones) hacen que te sientas cómodo. A lo mejor es buena idea comenzar por ahí. ¿Eres lector de ciencia ficción? Pues enfoca tus relatos a la ciencia ficción. Aunque tú no lo sepas activamente, has conocido y dominado los clichés (los dichosos tropos) del género. El científico loco, el ordenador que se vuelve malo, etc. Acércate a lo que conoces, a lo que dominas, y poco a poco intenta salir de ahí.

¿Por qué salir de lo que conoces? Pues porque considero que una de las cosas más enriquecedoras de escribir es aprender. Y la investigación te permite adentrarte en temas que desconocías. A mí me resulta entretenido. Ah!, y se liga mucho, sin ir más lejos, sabiendo cuándo se inventó el lazo tejano o cuántos días tiene el año venusino. Así, a bote pronto, la lista de cosas que he aprendido durante la investigación de mis relatos incluye instrumentos musicales medievales vikingos, la alimentación de los exploradores del polo sur o la distribución de los pisos subterráneos de Derinkuyu…

Afortunadamente, hoy en día contamos con google. Hay una gran cantidad de información en internet, así que aprovéchala. En la Wikipedia (Sí, estoy recomendando la Wikipedia) está casi todo, con mayor o menor desarrollo y exactitud, y suele ser un buen punto de partida para medir cuánta información hay disponible sobre el tema que quieres tratar. Abre esos enlaces que te interesen, y las referencias externas. Deja que la información te apabulle (yo he llegado a recopilar más hojas de documentación previa que las que ocupó luego el relato en sí) o, por el contrario, evalúa si te va a valer la pena escribir sobre un tema del que no tengas casi información por la mano. No tengas prisa por comenzar a escribir.

Por descontado, cuenta también con libros, con las bibliotecas públicas. Todo es cuestión de ver cuánto tiempo dispones y cuánto quieres invertir en cada relato. Pero te prometo que nada de lo que investigues caerá en saco roto. Vuelvo a insistir que, aunque tu relato no sea seleccionado, ese poso de conocimiento queda en ti.

Si necesitas más, siempre puedes contar con la ayuda de historiadores o documentalistas que se encargarán de recopilar los datos que necesitas. Pero claro, nadie trabaja gratis.

Entonces, venga, que me atrevo. ¿Cómo lo hago?

Tienes por ahí en el blog del Círculo de Fantasía otra entrada mía sobre cómo preparar un relato (o un libro). Si no la encuentras, pídemelo y te lo paso.

Sin extenderme mucho: Busca una idea ingeniosa (tampoco tiene que ser brutal) y esboza una historia. Documéntate para saber si es viable y si realmente te gusta. Si no puedes dejar de pensar en tu historia cuando vas en el autobús o intentas echarte la siesta, esa es la idea buena. Agárrala y tira de ella, retuércela y busca alternativas hasta que estés contento. Después planifica: Los puntos de giro, los personajes, las motivaciones de los personajes… Intenta desgranar las escenas, aunque sea mentalmente, y calcula cuánto tamaño van a ocupar en papel. Calcula el tiempo que tienes sabiendo que TIENES QUE CORREGIR varias veces tu relato. Escribir es lo último. No tengas prisa, ya has hecho los cálculos y tienes tiempo de sobra. Tu historia fluirá porque ya la tienes pensada. Y luego, antes de enviarlo, somételo a tus lectores beta.

Si tuviera que destacar sobre todas las cosas un punto clave para afrontar concursos sería ese: ES VITAL que tu relato pase por otros ojos. Entre 3 y 7 personas, me aventuraría a decir. Deja que te hagan comentarios, que te señalen cosas flojas. Ser beta y señalar las miserias de los relatos de los demás es muy difícil, así que respeta y agradéceles el trabajo a tus amigos. Ya te tocará hacerlo a ti…

¿Qué pasa si mi relato no ha sido seleccionado?

Nada. Como te decía antes, es normal. A la mayoría de convocatorias concurren entre 50 y 200 relatos distintos, la mayoría de gente igual de preparada o más que tú. De igual manera que no te enfadas cuando no te toca la lotería, no debes enfadarte por esto tampoco.

Los motivos para no salir seleccionado pueden ser muchos:

  • La historia que has escrito no es buena: Eso ocurre, no te creas. Ni siquiera todos los libros de Sanderson son igual de buenos, ¿verdad? Y puede que no sea buena porque el relato no está bien conformado, o porque tu idea no sea original o innovadora. O porque alguien haya tenido esa misma idea, o parecida, y la haya plasmado de una manera más convincente. Puede que tengas faltas de ortografía o que tus diálogos sean poco creíbles. Personajes planos, muy previsible, políticamente incorrecto… anda que no hay cosas para pifiar.


Aunque no lo parezca, además de los subjetivos, también hay parámetros objetivos para discernir si una obra es buena o no lo es. No te decepciones, te tocará seguir luchando, aprendiendo e intentarlo con más ahínco la próxima vez. No ser seleccionado en un concurso no es un fracaso.


  • Tu estilo no coincide con los gustos del jurado: Quizás sea la respuesta a la mayoría de rechazos. Tu forma de escribir no casa con lo que le gusta leer al jurado (sobre todo si solo lo forma una persona). ¿O a ti te gustan todos los escritores por igual? Leer a Saramago no es lo mismo que a Shakespeare, igual que leer a Cormac McCarthy no es lo mismo que leer a Asimov.


Un truqui: Leer antologías previamente publicadas por esa editorial te dará una pista del tono de los relatos que buscan. Suelen tener unos precios muy asequibles en formato ebook (spoiler: también suelen contener relatos buenos de los que aprender). En cualquier caso, no te decepciones. No ser seleccionado en un concurso no es un fracaso.


  • El jurado estaba cansado ese día: Pues, aunque no lo parezca, también son personas como tú. A lo mejor cuando leían tu relato estaban muertos de sueño, o preocupados por un familiar, o jugaba su equipo favorito de hockey hierba o simplemente le llegaron 300 wassaps y se distrajeron. Quizás se perdieron esos detalles importantes que tú considerabas claves en tu relato. Lo que sea. Puede ocurrir. No te decepciones. No ser seleccionado en un concurso no es un fracaso.


  • Has coincidido con un relato mejor: Tu historia es buena y el estilo gusta. El jurado la está leyendo con detenimiento. ¿Qué otra desgracia puede ocurrirme, señor? Pues que alguien haya escrito un relato mejor que el tuyo en el mismo estilo. Piensa que las antologías intentan buscar diversidad en lo que ofrecen, para así alcanzar cuanto más público mejor. (spoiler: recuerda que el editor quiere vender libros). En una antología de 10 seleccionados habrá, por lo menos, fantasía, scifi, terror, humor y salseo, entre otros géneros (piensa que también podría haber histórica o costumbrista). Si relatos muy buenos han sido seleccionados en el mismo estilo que el tuyo, por desgracia tus posibilidades se reducen. En cualquier caso, no te decepciones. No ser seleccionado en un concurso no es un fracaso.


Un truqui: Piensa que si un jurado tiene que leer 200 relatos, no lo va a hacer entre la fecha de fin del concurso y la fecha de fallo porque no le dará la vida. Lo normal es que se adelante trabajo y, según le vayan llegando, los lea. De ahí se sigue que los relatos que más impresionan son los recibidos al principio (porque nadie ha tenido tiempo de “pisarte tu premisa”) o al final (por aquello de la memoria a corto plazo). Si lo piensas, esto nos ocurre a los humanos con casi todas las cosas que vienen en serie, por ejemplo, ¿quién no se acuerda del último episodio de juego de tronos? ☺ ¿Fue el mejor de todos los que viste? No, pero te acuerdas de él.

¿Y qué pasa si mi relato SÍ ha sido seleccionado?

Pues, lo primero, felicidades. Vas a experimentar un montón de cosas chulas. La primera, la satisfacción de que alguien ha valorado positivamente tu trabajo. Eso ya te lo llevas puesto.

Vaya por delante la perogrullada, sobre todo si has leído el punto anterior: recuerda que no eres mejor escritor que antes, ni mejor escritor que nadie.

Tu editor o editora te mandará un contrato. (Quizás sea una antología benéfica, que no recibirás regalías, pero te hará sentir igual de bien). Léelo con detenimiento y repásalo después. Pregúntale todas las dudas que tengas. Si tu editor no te responde con cariño a todas tus dudas, malo. Aunque no quiero entrar ahora en editoriales chungas (muchos de mis compañeros tienen entradas muy buenas al respecto). Firmarás el contrato, y habrá ventas. Cuantas más, mejor (para ti, para tus compis, para tu editorial, para que haya más lectores, etc). Si hacéis presentaciones, tú tranqui, sé tú mismo, responde a las preguntas con simpatía y disfruta del momento. Poco a poco te irás acostumbrando, considéralo otra faceta del trabajo de ser escritor.

Poco a poco esa nube se irá evaporando. Quizá deje un poso de satisfacción en ti y un precioso libro en tu estantería que enseñar a tus nietos. Ahora toca volver al principio, buscar otra antología, otro concurso, y repetir los pasos. La maravilla de esto de escribir es que es gratis y no se acaba nunca. Que lo disfrutes, compañero.

Y nada más… si tienes dudas o me quieres hacer comentarios, cualquier cosa que te apetezca, puedes encontrarme en carloscallejaescritor@gmail.com y en @callejaescritor en twitter.

Gracias por llegar hasta aquí.


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