PAPA NOEL
Aquí tenemos un relato de Omar R. La Rosa, que, la verdad, es muy apropiado para las fechas en las que nos encontramos...
PAPA NOEL
-Mamá, ¡Mamá!-
-¡qué te pasa Valentina!¿por qué gritas así?-
-Porque cuando haces gym con los auriculares puestos no escuchas nada!!!!- le grito la niña, de no más de 4 años, al tiempo que ella, bajándose de la cinta caminadora, se sacaba los cascos.
-Está bien, está bien mi amor, ¿Qué quieres?- le pregunto con ternura a su única hija.
-¿Cómo hace Papa Noel para llegar hasta nuestra casa si no tenemos chimenea?- pregunto la niña, y luego, señalando a su muñeca agrego- La señorita Pegui no lo entiende- dando a entender que la que tenia la duda era la muñeca, no ella. Lo cual es perfectamente lógico y fácil de entender, todo el mundo sabe que las muñecas de trapo no son muy inteligentes.
-Pues, señorita Peguy- dijo la madre, siguiendo el juego de la niña- entra por la ventana- y le dedico una sonrisa a las dos.
Valentina se quedo meditando unos segundos. Luego, llevándose la muñeca a la oreja, como si escuchara lo que esta le decía
-¡Mamá!- grito a voz en cuello
-¿y ahora porque gritas?. No tengo los auriculares puestos- le reconvino la madre
-Ups. La costumbre- se disculpo avergonzada y luego agrego- La señorita Pegui pregunta como hace Papa Noel para llegar hasta acá ¿en un colotero?(1)- pregunto intrigada de cómo Papa Noel podría llegar hasta el lujoso Pent-house donde vivían las dos solas, en el piso 45.
-Pues, en su carro mágico, tirado por los renos ¿no lo has visto en la pantalla?-
-A si, yo si, la que no sabe es la señorita Pegui- y luego como haciendo memoria- seguro que ha estado distraída cuando lo vimos mamá-
-Jeje, si seguro ha sido eso.- Asintió la madre- pero, vamos, dejémonos de juego y vamos al jardín que se me hace tarde para llegar a la oficina-
Ya en el asiento trasero del auto, camino al jardín de infantes Valentina, con su muñeca, le seguían dando vueltas al asunto
-¡Mamá- volvió a gritar
-¡Valentina, te he dicho que no me grites cuando manejo!- le reto la madre, mientras atendía una llamada del buffet
-Mamá ¿Papa Noel también va al gym? Porque no se le nota- comento Valentina haciendo alusión a la figura tradicional del personaje.
-Dame un minuto, ya te llamo- pidió a quien le había llamado. Sabía que cuando se le metía algo en la cabeza a su hija lo mejor era atenderla. No tenía sentido ignorarla
-Si hija, si va, solo engorda para las fiestas, y eso está mal- le reconvino, haciendo constar que veía con malos ojos el mensaje subliminal que había en el estereotipo de papa Noel.
-¿o sea que todo el resto del año es delgado ma?- dijo la niña, que obviamente tenía su atención puesta en otro lado.
-Así es Valentina-contesto mientras trataba de ver que distraía a la niña.
-Mira mamá, Papa Noel- dijo la niña señalando con el dedito a un vagabundo que empujaba un carrito de supermercado, que había bajado a la calle, para esquivar las maquinas de construcción que obstruían la acera.
Este, al ver que la niña lo miraba se acerco al auto a pedir una moneda.
La madre miro por la ventanilla, la cara del hombre, delgado, de abundante pelo blanco y barba como la de papa Noel y vestido con una remera roja desteñida y unos pantalones de igual color, evidentemente ropa de la caridad
-Buenos días Papa Noel- saludo Valentina, poniéndose en punta de pie sobre el asiento para poder darle la mano.
Horrorizada la madre la hizo sentar.
-No el señor no es papa Noel, ¿desde cuándo papa Noel pide limosna en Wall Street?-
-Desde que su estudio de abogados me dejo en la quiebra- fue la respuesta que recibió del hombre, mientras avanzaba con el tráfico, poniendo prudente distancia con el indigente.
-No mamá, ¡si es Papa Noel!, mira como ha salido volando- grito la niña mirando por el vidrio trasero
Efectivamente, asombrada vio por el espejo trasero como el hombre y su carro pasaban volando. Por su puesto no vio el micro que había frenado delante de ella.
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-Tranquila señora la niña está bien y usted no parece tener nada grave- le dijo el socorrista luego de liberarla del airbag- solo las llevamos al hospital para control-
-¿Y papa Noel?- pregunto ella levemente atontada
Los camilleros se miraron intrigados y no dijeron nada, a lo mejor si tenía algún daño.
Unos metros más atrás y arriba, los bomberos trataban de liberar al pobre vagabundo que había sido enganchado por el cable de una grúa mientras pasaba por allí.
(1) “Colotero” Helicóptero (en media lengua)
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