top of page
  • Foto del escritorCírculo de Fantasía

SOLO UN SUEÑO

Aunque este relato de la compañera Isabel M. Pasalodos tiene un tiempo, es muy adecuado para estos días de confinamiento: hay quienes son presos de su propia mente todos los días, y hay que estar ahí, apoyarlos, sentir con ellos, porque la empatía ante las dificultades es lo que, en definitiva, nos hace humanos.

SOLO UN SUEÑO



Con motivo de el día mundial del Alzheimer os traigo este relato que expresa un poco mis sentimientos contra esta enfermedad tan mala y egoísta que se traga nuestros recuerdos. Se lo dedico obviamente a mis abuelos, sobre todo a mi abuela Rosita.

Sin más dilación aquí os dejo mi relato:

Solo un sueño:

¿Recuerdas aquel día? Seguro que no. Te miré, con los mismos ojos con los que hoy lo hago. Me propuse desde ese instante que tú serías mi mujer. Eras la flor más bonita del ramo. Paseabas con tus amigas, con aquella sencillez tuya. Recuerdo tu mirada, esa que dista mucho de los ojos vidriosos con los que, confundida, me miras ahora. Me giré cuando pasaste, con aquel olor a rosas. Y tú hiciste lo mismo. Lo que vistes en mí, yo ya no sé. Te echo de menos. Puede que no lo sepas. A veces te miro, me devuelves la mirada y entonces, pareces gritar por dentro. Ojalá que no, pero ¿y si dentro de esos ojos tuyos, sigues ahí? Encerrada como un pajarillo contra su voluntad. Eso es lo que pienso cuando cada día me pongo a tu lado, te miro, acarició tu rostro con mis manos temblorosas, te digo lo guapa que eres y me miras con una mirada triste e impotente. No sé si entiendes lo que te digo, ojalá no lo hagas. Pero, por si lo haces, hoy y todos los días de mi vida te diré lo mucho que te quiero y te querré siempre. Me duele el corazón, y tú lo sabes. Pero tranquila, no tienes la culpa. Solo él la tiene. Estoy harto de verte sufrir en silencio. De ver que apenas puedes quejarte, pero no decirnos donde te duele. Aunque yo lo sé. Y me temo, no pueda hacer nada para ayudarte, solo estar contigo. Otro día más, quieta, siempre en la misma posición porque no te acuerdas de cómo moverte, no sabes hablar, andar y tengo miedo. Me levanto por las noches, y te despierto, aunque me echen la bronca. Pero lo hago por temor. Temo que un día, te olvides de respirar. Vivimos esperando ese día, porque ya no hay vuelta atrás. Y aunque en mis sueños veo que te levantas, me miras, me hablas, me besas, sé que eso no pasará. Pero solo espero que eso pase. Rezó por ver en las noticias que eso es posible. Puede que contigo no lleguemos a tiempo, pero espero que un día, nuestros nietos y nietas vean a un enfermo de Alzheimer: levantarse, caminar, hablar, comer, amar. Por favor, ayúdales cuando llegues al cielo. Eso es lo único que te pido mi flor. Que, para nuestros nietos, el Alzheimer no exista. ¡Por favor, haz que no lo ignoren por creer que es una enfermedad de viejos!, te lo suplico a ti, porque estoy harto de rezar en vano. Yo, que nunca he sido creyente. ¿Es tan raro lo que pido? Mi único deseo es que el Alzheimer llegue a ser eso: sólo un sueño.

13 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page