EL PRÍNCIPE VALIENTE
Nuestro compañero Manuel Torres nos habla de una de sus pasiones, una auténtica leyenda dentro del cómic, que tenía lugar en la corte del rey Arturo...
EL PRÍNCIPE VALIENTE
La época del Rey Arturo siempre produjo en mí persona una fascinación especial. Preconizaba una fase de transición muy interesante tras la caída del Imperio Romano de Occidente. Una época llena de aventuras, donde los ideales del romanticismo nadaban como un pez en al agua. Unos días donde el honor y la caballerosidad eran más importantes que la manera de vivir y morir. El fin no justificaba los medios, al menos para los nobles integrados en la caballería, o al menos los de los protagonistas de las novelas. Sabemos que la realidad distaba mucho de la ficción. La condición humana no permite muchos anhelos cercanos a cualquier utopía. De cualquier modo, mi primera conexión con la leyenda Artúrica no fue directamente con la figura del monarca británico, sino con la magnífica obra de Harold Foster, una novela gráfica bastante extensa, El príncipe Valiente.
El 13 de febrero de 1.937 se publicó por primera vez, y se convertiría en una obra maestra del comic, alcanzando gran influencia en otros artistas, ya que fue precursora del género de las historias de aventuras. Previamente Foster trabajó en la tira cómica de Tarzán , adaptada de las novelas de Edgar Rice Burroughs , que comenzó el 20 de octubre de 1928. Foster volvió a hacer la tira dominical de Tarzán a partir del 27 de septiembre de 1931, continuando hasta que Burne Hogarth se hizo cargo del personaje el 9 de mayo de 1937. Se había cansado de trabajar en una adaptación y comenzó a planear su propia creación.William Randoplh Hearst , que durante mucho tiempo había querido que Foster hiciera una tira cómica para sus periódicos, quedó tan impresionado con el lanzamiento de Foster para el príncipe Valiente, que le prometió a Foster una división del 50% del ingreso bruto en la tira, una oferta muy rara en esos días. El príncipe Valiente se estrenó el 13 de febrero de 1937 y continuó durante décadas.
En mi juventud encontré todos los tomos de esta magnífica obra en unas estanterías, medio cubiertos de polvo. Su lectura me atrapó desde el inicio, y quedé fascinado de inmediato. Era una obra de arte en formato de viñeta, y aunque ya había leído algunos cómics de otra índole, ninguno tenía esta perfección y esta calidad. Y aún no he encontrado ninguno que se le aproxime. Guardo un grato recuerdo de un maravilloso disfraz que mi madre me confeccionó con gran amor y habilidad, con el símbolo del caballo bermellón impreso en el escudo redondo y en la túnica azulada.
Seguí sus aventuras hasta que dejó el testigo en manos de su más avezado colaborador John Cullen Murphy. Me resultó sumamente difícil aceptar este cambio, pero la edad no perdona. En 1970, Foster sufría de artritis y comenzó a planear su retiro. Hizo que varios artistas dibujasen las páginas dominicales antes de elegir a Murphy como su colaborador y sustituto permanente en 1971. Murphy sacó la tira de los guiones de Foster y los bocetos a lápiz. Foster dejó de ilustrar (y firmar) las páginas del Príncipe Valiente en 1975. Durante varios años, continuó escribiendo la tira y haciendo diseños bastante detallados para Murphy, eventualmente haciendo cada vez menos tanto la escritura como el arte hasta que la anestesia prolongada durante una operación tomó su recuerdo y ya no recordaba haber hecho el príncipe Valiente. Foster tenía 73 años cuando fue elegido miembro de la Royal Society of Arts de Gran Bretaña , un honor dado a muy pocos estadounidenses. Murió en Spring Hill en 1982. Un verdadero genio. Recomiendo a los amantes de las leyendas artúricas que no conozcan esta obra, que se hagan con ella lo antes posible. A pesar de no tratarse de una novela, estoy convencido que no sentirán decepcionados, sino al contrario. Señalar que existen adaptaciones tanto animadas como películas, pero como cabía esperar, ninguna le hace justicia.
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